He sabido que no sólo mis amigos y familiares están leyendo mi blog, sino que también sus familias y sus amigos. Si tú eres una de esas personas te pido disculpas por no presentarme al principio y explicarte un poco más de nuestra historia. Así es que…
A fines de los ’70 mis papás se mudaron desde Miami a Kissimmee, Florida, y para ser honesta es de este lugar del que tengo mis primeros recuerdos. Mi mamá solía llevarnos a la iglesia, pero comenzamos a asistir a un distinto tipo de Iglesia. Recuerdo que mi mamá nos sacó de la escuela pública y nos puso en la escuela Cristiana que tenía la iglesia. Mi papá estaba furioso cuando se enteró pues él no era del tipo religioso.
Nosotros oramos y oramos y pronto mi papá comenzó a acompañarnos a la Iglesia Bíblica Bautista. Todos nos conertimos, le pedimos a Jesús que entrara en nuestros corazones y perdonara nuestros pecados. Pero para mí este asunto de obtener la salvación fue más bien como una “poliza de seguro,” una amnistia para salvarme del infierno. Íbamos 3 ó 4 veces cada semana. Aprendí un montón acerca de la Biblia y cuando tenía 16 años, después de mudarnos a Melbourne, Florida, sentí que Dios me llamó a ser Misionera.
Asistí a la Universidad Bíblica Bautista en Springfield, Missouri, y aquí me di cuenta que convertirme en cristiana era más que un seguro de vida sino una relación personal con Jesús. En el segundo semestre le pedí a Jesús que entrara en mi corazón; Dios comenzó a ayudarme recordar todo lo que había aprendido en la iglesia y a aplicarlo; amar, perdonar, confesa, etc. Después de graduarme de la Universidad estuve como Misionera en Chile durante 8 años, lugar donde conocí a mi esposo y en el que nació mi hermosa hija Emma Marie.
Ahora, más cerca del presente es donde comienza mi jornada del cáncer. Mi compañera de primer año de la Universidad estaba embarazada de su tercer hijo, y en el quinto mes de embarazo fue diagnosticada con Cáncer de Mamas. Nunca me había hecho una mamografía (todavía éramos muy jóvenes). Dada la situación de Missy, opté por hacerme un chequeo.
Mi primera mamografía fue a comienzos del 2008 e indicó dos bultos en mi mama izquierda. En Abril me hicieron una Lumpectomía y GRACIAS A DIOS eran benignos (no cancerígenos).
Por ahí por Agosto del 2009, fui a mi chequeo femenino anual y me recordaron que necesitaba además hacerme una mamografía. Nuevamente encontraron dos bultos nuevos, pero fui donde mi cirujano general y él determinó que estas zonas eran más bien cicatrices; a esta situación también se sumo la presencia un nódulo linfático inflamado (yo no sabía nada sobre esto), que probablemente tenía que ver con mi sobrepeso. Todo lo demás estaba ok.
El 16 de Noviembre de 2009, el Lunes anterior al matrimonio de mi hermana y la semana justo anterior al Día de Acción de Gracias, sentí dos extensas masas en mi busto izquierdo mientras me duchaba. Intenté mantenerlo en secreto, pero por lo urgente que tuve que hacerme una nueva mamografía mi astuta madre se dio cuenta de que algo no andaba bien. Entonces le conté y comenzamos a orar.
La semana de Acción de Gracias llegó y el 30 de Noviembre me hice una biopsia guiada por ultrasonido en las dos masas y en un nódulo linfático. Créanme, esta vez estaba asustada. El 8 de Diciembre, justo un día antes de mi 35º cumpleaños, fui diagnosticada con un carcinoma invasive de estado avanzado y de alto grado, lo que equivale a un Cáncer de Mamas.
A este punto una deberia estár super intrigada con millones de preguntas y te puedo decir que nosotros las teníamos. ¿Por qué no fui diagnosticada antes? ¿Es esto negligencia médica? ¿Debería hacer una demanda? ¿Los doctores metieron la pata? Estas respuestas y muchas otras sólo Dios las tiene y solo Él tiene el control. Así que puse inmediatamente un alto a este tipo de preguntas.
“¿No estás asustada?” me preguntaron los que se atrevieron. Algunas veces sí, pero la mayor parte del tiempo me siento en paz. He aprendido tremendas lecciones. ¿Alguna vez has visto a dos niños peleando por un juguete? Bueno, esos somos Dios y yo. Tengo preocupaciones y he optado por entregárselas a Dios; pero a veces soy como una niña mimada que después de entregarle todas mis preocupaciones, al momento vas a pedirlas de vuelta. ¿Por qué?
Adivina que, yo me acabo de hacer la misma pregunta. Así es que decidí dejarle completamente esta carga llamada cáncer. Yo voy hacia Él para que me dirija “aunque ande en valle de sombra de muerte” (Salmos 23:4) porque Él es mucho mejor que yo para llevar esta carga. Es un hecho. Él es perfecto. Él es el único Dios vivo.
¡Guau! ¿Estás viendo lo mismo que yo? El Señor Jesucristo es mi Pastor (y cuidará que nada me falte) (Salmos 23:1).
Muchas preguntas enviadas por el mismo diablo han entrado en mi mente. ¿Qué pasaría con Pablo y Emma si es que yo muero? No estoy siendo pesimista, estoy siendo realista. A Pablo a vecesse le olvida darle el desayuno a Emma los sábados en la mañana y dice esas cosas que sólo los hombres pueden decir y que pueden dejar a los niños llorando. ¿Quién le va a comprar ropa decente a Pablo y le va a decir si se ve como un payaso o no? ¿Quién cortará su pelo? ¿Quién va a escuchar pacientemente su tremenda riqueza de conocimiento? ¿O lo animará a salir de su zona comodida?
Tu sabes lo que Dios dice, “Yuuujuuu, Adrienne, ellos no te pertenecen. Son un regalo que te di, pero han sido y serán por siempre míos. Yo soy Su pastor también. Siempre cuidaré de ellos y lo seguiré haciendo si tu vienes a vivir conmigo”.
Tengo la convicción de que ellos estarán bien. Es muy difícil de admitir pero ellos seguirán bien cuando yo no esté. Eso me trae paz. No lo puedo explicar. Sobrepasa mi propio entendimiento.
Filipenses 4:6-7
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
¡Por ahora me mantendré viviendo con esperanza, paz y risas confiando mi vida a la voluntad de Dios y viviendo al máximo! Recuerda, el Martes iré a visitar un Oncólogo al Centro de Cáncer Moffit, en Tampa – Florida. Ora para que Dios les de sabiduría a los doctores y escojan el mejor camino para mi tratamiento. Los amo a todos y he sentido vívidamente sus oraciones. Gracias.
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Traducido por Romina Orellana Figueroa y Pablo Remonsellez
